"Va a decidir que hacer cuando despierte del todo"
Me cuesta comenzar a escribir, el folio en blanco se presenta ante mi muñeca mucho tiempo después. La muñeca está oxidada, le cuesta deslizarse sobre el folio en blanco, no tiene qué escribir. Ingenuo pensar que se escribe con la mano y no con el cerebro.
Suena de fondo Llamando a la tierra de M-Clan, ese grupo que dio lugar a Todo se tambalea, mi mejor artículo hasta la fecha. Mi mente no se concentra en Llamando a la tierra, como de costumbre intenta comprender a Calamaro, al cual a estas alturas puedo atreverme a llamar Andrés. Media Verónica es la mejor letra de una canción que he escuchado en mi vida. Quizá intenta entenderse a ella misma. Hoy he ido a la iglesia, me ha sentado bien.
Un verso de Media Verónica se clava en mis reflexiones semana tras semana. Quiere vivir una vida diferente cada día. !Cómo te entiendo Andrés! Ya me atrevo a llamarle Salmón.
No es un secreto para nadie que soy una persona de muchas ambiciones, no me conformo con la normalidad, la virtud es un fin, la excelencia un medio. Hasta he hablado aquí de una filosofía llamada absolutismo que aúna el estoicismo, la espiritualidad y, para muchos seguramente, la deficiencia mental. Ladran Sancho, pues cabalgamos.
Bueno pues este hombre que trata de hacer las cosas lo mejor posible quiere vivir una vida diferente cada día. Este verso del Salmón (me he convencido de llamarle Andrelo) me lleva al Pirata cojo de Sabina. ¿Qué vida elegiría si me dan a elegir? ¿La del pirata cojo con pata de palo? Policía ni en broma dice él, yo no me atrevo a descartar. Da pavor solo pararse a pensar que igual no sería la mía cuando la responsabilidad de lo que uno tiene es de uno mismo.
Quizá es porque uno anhela lo que no tiene, probablemente elegiría disfuncionalidad. Me fascinan las historias de Coto, las anécdotas de Sánchez-Dragó, deseo leer 60 semanas en el trópico de Escohotado, la bohemia de Andrelo, el cantar y contar la vida esa es mi forma de andar de Facundo Cabral, los 40 días en el desierto de Cristo Nuestro Señor, los altibajos de Enrique Urquijo, la tranquilidad de Tutto Pasa tomando el Sol, el MM de Nacho Raggio, la vida disciplinada de Mario Conde en su etapa de opositor a abogado del Estado, Siddhartha. ¿Qué elegiría Sabina entre estos y tantos otros que me llevaría una vida nombrar?
Al futuro hay que verle con arrojo y fuerza. Afirmo convencido de que en años habrá un chaval con un gran mundo interior que, mientras escribe en el blog de su colega piense que hay días en los que quiere ser "Fermarín" sea lo que sea que es "Fermarín."
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