Siempre volveré junto a ti

Me hallo esperando en Vigo, en el mismo sitio que estuve el invierno pasado, a un buen y nuevo amigo cuya relación conmigo se fraguó en verano. Casualmente sentado en el mismo lugar en el que meses atrás estaba con Fer y mi grupo de amigos de aquel entonces.

Hice un artículo sobre jugar al baloncesto y la posibilidad de un retiro, y quiero hacer hoy algo parecido, solo que la cancha es una discoteca y el balón un cubata.

 Quien me diría a mi, que en este mismo sitio donde hablé con mi mejor amigo de que íbamos a hacer en el futuro, estaría ahora esperando a una persona "nueva" casi totalmente en mi vida, que me había cruzado una vez solo porque era tendencia en la villa. Esos amigos, que muy a mi pesar, ya no son aquel grupo con el que compartía tiempos, en parte por mi descontrol y subnormalidad. Como quiero a Fer lo relaciono con lo que supongo sería tener un hermano, una parte de mi familia, que aunque nos peleamos poco y sea esto rara avis en hermanos, no dura más de dos horas, de la cantidad de tiempo que pasábamos juntos y lo mucho que me aguantaba y entendía, cosas de haber nacido juntos supongo. Santo fumón sería una buena definición para él, ese tío que busca lo mejor de todas las partes, te dice la verdad sin herir, y acepta sus fallos y se come su orgullo, aún cuando tiene razón, para que todo acabe lo mejor posible, eso si, con un pitillo en la boca. Siempre fui reacio a los tatuajes, pero ver a tu hermano mayor con una margarita con una tirita y que le de igual te hace decir: mola, y allá que vas a meterte tinta. Hay mil cosas que podría decir de él, pero esa mirada miope de preocupación cuando vas doblado de más es indescriptible, así que solo me queda contar los días para que vuelvas y darte un abrazo y una cajetilla, aunque ya no sea lo mismo, ni haya los mismos personajes de fondo, porque, siendo sinceros, mi coprotagonista siempre fuiste tú





Comentarios

Entradas populares