Clavado en un bar

 Cuando alguien me empieza a importar, hago el esfuerzo de entenderlo, supongo que como todos. Una de las formas es oír lo que oyen sus oídos. De tal forma escucho su música, pudiendo ser Los Secretos de Garnil,, o, Héroes del Silencio de Fermarin. Este último me dijo un día que "Maldito duende" ,pensaba él, versa sobre la cocaína. Tiene lógica, pero se me viene a la cabeza al escucharla una mujer y no una droga, aunque enganchen igual. El título del artículo es de Maná, que poco tiene que ver a ojos de cualquiera con "Maldito duende". Igual el avispado oyente de Mana y Bumbury sabe que en realidad las dos pueden hablar del amor. O que las dos situaciones se pueden dar en un bar.


No es secreto que me gustan los bares, preguntando un día a Iván que es lo mas rico de un bar respondió con gracia algo así como la compañía. Tendrá razón supongo, si incluyes esa bebida "espirituosa" que acompaña a a cada uno en compañía, nombre dado, porque liberaban los espíritus del cuerpo. En la 3a butaca del Orly empezando por el final me acompaña normalmente Iván, cuando tengo tiempo de pasarme. Hay veces, cuando lo organizo, está a mi derecha María de los Ángeles. Me paro a pensar a veces en por que está allí esa gente, por qué el señor entrado en carnes que habla con Iván sobre el pontevedra bebe cien pipers solo, por qué una mujer cincuentona viene a tomar cubatas e intentar camelarme, o porqué Angie bebe cuando parece tan feliz.


Un lunes cualquiera me explicó su historia vital, con unas cuantas copas (por mi parte) encima. Habíamos hablado de sus situaciones amorosas y toda esa vaina un día tras mi insistencia. Y, ese lunes, lo entendí todo, como en una serie de misterio en la que descubres quien es el asesino y todos sus motivos. Adoro entender a las personas, por eso igual había decidido ser psicólogo en un pasado, una pena no haber llegado a la parte de saber como ayudar.


Dicen que amistades entre hombres y mujeres son imposibles, yo mismo lo decía. Hoy me doy cuenta que es una cosa maravillosa el juntar ambos mundos sin interés romántico de por medio.


Pocas veces valoro mi increíble familia en este fockin mundo cruel. Descubrir que un padre es simplemente un hombre como tu que lo hizo sin condón aterra hasta a Edgar Allan Poe. Ser padre es ser el mismo, solo que con una vida a tu cargo



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