La muerte no es el final

Tras esta suceden nostalgia, el borriquete y melancolía. No se olvida a el mejor amigo

De ciento treinta y tantos capítulos, es gracioso resaltar los 10 tristes, muerte de un perro, una niña o ese en el que dices a tu fiel compañero que será mejor amigo por siempre, mejor que todo hombre, debido a tus silencios y compañía que no aparta tu soledad, sino que la acompaña.

Gregorio, te falta un color grisáceo, para parecer plata, pero tienes esa forma de ser de un asno: dócil y amigable, pero gigante cuando así lo quieres parecer. Acompañas a mi padre y a mi en esos paseos, escuchas mis conversaciones atentamente, y disfrutas del descanso. Atrás quedó ese Almirante desbocado, que cabalgaba con mis quince, y que no hecho de menos. No cambio esa calma y cojera por mil aventuras.

Es un chasco para mi concepción de perfección el que no sea uno solo, sino varios, confronta a mi ideal de unidad en el amor, un mejor amigo, una mujer, un padre, una madre. En fin, al final son varios si lo piensas, aunque sean distintos. Adolescencia solo hay una, y, aún así, recuerdas el corrillo de burros de multitud de años y no ese instituto en el que suspender un libro de lectura, o no ir a la fiesta parecían el fin del mundo.

JRJ, espero que estés tumbado en ese árbol, que soñaste con pintar al ver aquella obra del pintor francés, viendo mientras entintas unas hojas a los niños, aún niños, jugar con el viejo Platero. Espero escribirte mas tarde que pronto, cuando a Gregorio se le hinche el abdomen

XTM