E.D. Marín

 Allá por 2016 yo era un hombre distinto, un esbelto calladito que intentaba soltar alguna gracieta de vez en cuando. Recuerdo un día entrenando futbol sala en el que nos pusieron a hacer las sentadillas de pared: piernas en 90 grados y la espalda pegada a la pared por un minuto. La mayor parte de mi equipo se quejó, y yo no abrí la boca, aún cuando me ardían las piernas


Aquí por 2025 soy un hombre distinto, un alto con poca masa muscular pero mas grasa que antes que no se suele guardar sus pensamientos. Ya no entreno en Agosto, si no que trabajo, y me quejo porque no suben un barril a diez metros porque lo tengo que hacer yo. 


Será 2034 y me colgaré si soy igual que aquel hombre del 16 en lo físico y que el de ahora en lo verbal. Verguenza es lo que siento de querer ponerme en forma desde que tengo memoria y no hacerlo ni con un padre y unos colegas deportistas. No puede existir el mañana que quieres sin cambiar hoy




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